Poniendo límites I

1ª Parte : El respeto a la propia necesidad.

Un límite es una línea real o imaginaria que separa dos cosas, una frontera, un tope. Así lo podemos definir en lo material (una valla, una frontera, una señal de peligro) y también en el campo emocional y relacional.

El tema de poner límites es más complejo de lo que en inicio parece. “No es tan complicado, solo hay que decir que no o decir basta”. Pues no, no es tan fácil. En el complicado mundo de las relaciones, establecer límites nos confronta con nosotros mismos y con los demás. Si no escuchamos la propia necesidad a veces nos pasamos poniéndolos, o los ponemos muy lejos (con lo cual nos aislamos) o son demasiado rígidos, o no los dejamos claros y con ello provocamos confusión o directamente no los ponemos o….Si nos relacionamos constantemente estamos poniendo, quitando, cambiando y moviendo límites en nosotros mismos y con quien nos relacionamos.

Los primeros límites se nos empiezan a poner en la más tierna infancia cuando se nos dice “no”. Cuando nuestros padres o educadores nos ponen un límite y no nos permiten hacer alguna cosa (aparte de fastidiarnos enormemente) están formando nuestra personalidad. Cuando al niño se le pone un límite se establecen las bases para que entienda que él no es omnipotente, que no lo es todo ni lo puede tener o hacer todo. Al poner un límite al niño, la persona que se lo pone le está diciendo “yo también existo”, es decir, hay más cosas aparte de ti. En la educación de un hijo poner límites puede significar en un acto de amor y cuidado (que la gran mayoría de veces requiere de aplomo, perseverancia y resistencia a los más que probables lamentos o lloros del pequeño) ya que se van asentando las bases para que el niño pueda sostener la frustración. Los límites son una guía donde el niño se sustenta y, con ellos, se le está enseñando a “ver al otro” y a través de ello desarrollar la empatía. Pero este no va a ser un post sobre la importancia de los límites en la infancia, sino que quiere tratar de cómo nos afecta a los adultos.

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¡Yo no soy neurótico!

El concepto de enfermedad y la neurosis, la visión gestáltica.

Todas las teorías que tratan de la salud y la enfermedad tienen su propia definición sobre ellas.

Para Fritz Perls -creador del método gestáltico-  la enfermedad mental era la consecuencia directa de un alto grado de neurosis ¿Neurosis? ¿Qué es eso? Primero decir que en mayor o menor medida  todos somos neuróticos. Todos somos individuos que se desarrollan en una sociedad, para nosotros son de gran importancia las relaciones, y sin ellas, seguramente no sobreviviríamos. Es en este plano donde aparece la neurosis, en la frontera de contacto entre nosotros mismos y los demás, cuando se produce un conflicto aparentemente irresoluble entre la necesidad real que percibimos en nosotros mismos y lo que creemos que nos demanda el entorno.

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