Terapia familiar en Barcelona
El camino hacia una familia armoniosa
Introducción a la terapia familiar
La terapia familiar no es un proceso rápido ni sencillo, pero los beneficios a largo plazo son invaluables. Al cambiar sus propias actitudes y comportamientos, los padres pueden ayudar a crear un hogar más armonioso y criar hijos más felices y bien adaptados. La clave está en el compromiso, la paciencia y la disposición para aprender y crecer junto con sus hijos.
Entendiendo la conducta infantil: Una perspectiva global

Madres y padres nos explican cómo actúan sus hijos: “Mi hija siempre se comporta mal”, “por celos se riñen y pegan”, “se niega a comer, vomita y escupe”, “es muy desobediente y siempre acabo chillándole”, “pega y tira las cosas cuando no se sale con la suya”, “duerme fatal y estoy desesperada”, “se pasa el día enganchada a mí”, “muerde a todos sus compañeros”, “se hace caca encima”, etc.
Ante estas conductas preocupantes para los padres, suelen ponerse en contacto con nosotros con el objetivo de que con la terapia u orientación sus hijos se vuelvan más obedientes, colaboradores, aprendan a comer, atiendan normas, no peguen o muerdan a sus hermanos, etc. Y así los padres puedan respirar con más tranquilidad y con ello tal vez encontrar la paz que no tienen (ni los padres ni los hijos).
Conductas difíciles: Una oportunidad para reflexionar
Pero esta conducta “difícil” o “rebelde” del niño no la vemos como un trastorno o como algo a tratar únicamente en el niño o niña, sino que la interpretamos como una manera de responder a un estilo educativo, a una actitud y una manera de hacer determinada por parte de los padres.
Por este motivo en Aidam Terapia nos centramos en orientar, asesorar, guiar a los padres principales para que puedan ayudar a sus hijos a crecer sintiéndose queridos, protegidos, alentados y validados. Que en definitiva, es el deseo de todos los padres del mundo, ¿no?
El rol de los padres en la conducta infantil
Los padres van descubriendo cómo se relacionan con sus hijos, cómo les piden las cosas (o no se las piden), cómo ponen las normas (o no), qué sienten ante determinadas conductas, cómo reaccionan ante sus malas conductas, cómo valoran (o no) otros aspectos, cómo ejercen su autoridad (o no), etc.
Todo este trabajo les ofrece una valiosa información que se va transformando en una actitud educativa diferente cuyos resultados se recogen de forma eficaz (y en ocasiones muy rápida) en la conducta de los hijos o alumnos.
Casos de éxito: Testimonios reales
La madre de un niño de 3 años nos dijo: “- De golpe ha dejado de llamar la atención ante las visitas. Ya no patalea, ni arma ningún escándalo cuando yo estoy hablando con mi vecina. – ¿Qué ha cambiado? – Nuestra forma de actuar ante sus escenas, ya no me enfado, no le amenazo, ni le riño. Simplemente actúo como he ido aprendiendo y parece que a mi hijo le está sentando muy bien. Ahora apenas nos enfadamos.”
La realidad de las soluciones educativas
Aunque todos soñamos con soluciones rápidas y definitivas en la educación de los niños, la cosa no funciona exactamente así. Las soluciones mágicas no existen. Pero de padres y psicoterapeutas con ganas de implicarse, de conocer otras maneras de hacer y actuar, y que den pequeños cambios de actitud, se ven hijos más seguros, colaboradores, autónomos y felices. Y este es un camino que a la larga (y a la corta) compensa de verdad.
La importancia del entorno familiar
Una parte crucial de la terapia familiar es el comprender que el comportamiento del niño a menudo refleja el estado del entorno familiar. Un entorno lleno de tensiones, conflictos y falta de comunicación puede provocar que el niño responda de manera rebelde o difícil. Es esencial que los padres trabajen en mejorar su propia relación y comunicación para proporcionar un ambiente seguro y estable para sus hijos.
Desarrollar resiliencia en los niños
Ayudar a los niños a desarrollar resiliencia es otro objetivo clave de la terapia familiar. La resiliencia permite a los niños enfrentar adversidades, manejar el estrés y adaptarse a los cambios de manera positiva. Los padres pueden fomentar la resiliencia al enseñar a sus hijos habilidades de resolución de problemas, ayudarles a desarrollar una autoestima saludable y brindarles apoyo emocional constante.
La colaboración entre padres y terapeutas
La colaboración entre padres y terapeutas es vital para el éxito de la terapia familiar. Los terapeutas pueden ofrecer estrategias y técnicas basadas en la investigación, pero es la aplicación consistente de estas herramientas por parte de los padres lo que realmente marca la diferencia. Los padres y terapeutas deben trabajar juntos como un equipo, compartiendo observaciones y ajustando enfoques según sea necesario.
Construyendo una relación positiva con los hijos
Una relación positiva y de confianza entre padres e hijos es la base para una crianza efectiva. Los niños que se sienten amados y valorados están más dispuestos a cooperar y seguir instrucciones. Los padres deben esforzarse por pasar tiempo de calidad con sus hijos, escucharlos activamente y demostrarles que los valoran como individuos.