16 Oct2012
Asertividad: Claro, Concreto y Conciso
Aquí estamos de nuevo. Después algún tiempo y tras el parón de las vacacacions con la intención y el compromiso de actualizar este blog, aportando y compartiendo artículos, información o reflexiones que os puedan ser útiles e interesantes.
El nuevo arranque lo hacemos con un artículo de nuestro colaborador y amigo Joan Montero, terapeuta gestalt, coach y formador. Este artículo fue publicado recientemente en su blog.
Esperamos que os guste
A menudo, en las relaciones interpersonales, el origen de muchos conflictos, discusiones o malos entendidos, gira entorno a la comunicación. Entre lo que uno quiere decir y lo que acaba diciendo, transcurren numerosos factores que distorsionan el mensaje. ¿Cómo podemos superar estas barreras?
Suelo recomendar a los clientes y en los grupos que facilito que para tener una buena comunicación hay que seguir la regla de las tres C’s: claro, concreto y conciso. A continuación vamos a ver qué sentido tiene aplicar esta regla:
CLARO: Es aquello que puede diferenciarse con facilidad, resulta sencillo de entender y es indudable.
CONCRETO: Se suele oponer a lo general o abstracto, ya que está referido a algo determinado y preciso.
CONCISO: Es posible asociarlo con lo imprescindible para generar sentido. Todo lo superfluo o accesorio, por tanto, escapa de la concisión.
Estas palabras estan relacionadas con la asertividad, que del latin “assertus”, significa afirmación de la certeza de una cosa. Una persona asertiva ante una situación que percibe como difícil, es capaz de: describir claramente el problema, expresar sus sentimientos, comprender al otro, solicitar lo que requiere para cubrir sus necesidades de manera segura, ofrecer alternativas y dar a conocer las consecuencias que tendrá el receptor de acuerdo con su respuesta.
Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de ser asertivos, por ello puede resultar complicado al principio. La práctica y entrenamiento con las tres C’s implica poder dessarrollar habilidades que nos permitan ser personas directas, honestas y expresivas en nuestra comunicación; además de ser seguras, auto-respetarnos y tener la habilidad para hacer sentir valiosos a los demás.
A menudo lo más difícil de una comunicación asertiva es ser conscientes de nuestros pensamientos, sentimientos, motivaciones, necesidades y deseos sin juzgarlos, administrar nuestras emociones y asumir la situación de manera responsable. Es en el proceso de responsabilizarnos de lo que nos sucede, cuando solemos desviar el mensaje por miedo, vergüenza y/o culpa ante las consecuencias de ser asertivos. Por tanto, aceptemos que sabemos lo que queremos decir, otra cosa es que no sepamos cómo decirlo. El primer paso hacia la asertividad se genera en la relación del ser humano consigo mismo, identificando claramente el pensamiento y el sentimiento para expresarlo con la mayor claridad, concreción y concisión.
Algunas personas evitan ser asertivas porque temen desagradar a otros y no ser aceptados por ell. En cambio, esta postura suele ser “pan para hoy y hambre para mañana” ya que a la larga se produce un enquistamiento emocional, pudiendo lastimar la relación.
Es importante que para desarrollar la asertividad recuerdes que tienes derecho a tener tus propias opiniones, a alcanzar tus propias metas, a cometer errores y a tener privacidad sobre tus pensamientos y sentimientos. Una vez le des valor y reconocimiento a tus derechos, el siguiente paso es empezar a asumir responsabilidad sobre ellos, desarrollando un sistema de creencias y valores que te permita ser asertivo contigo mismo. Se trata de darse permiso a si mismo, permiso para enfadarse, para decir “No”, para solicitar ayuda y para equivocarse.
Resulta útil empezar por lo fácil, pequeños detalles como por ejemplo disentir y expresar nuestro desacuerdo más activamente, preguntar el por qué de algo a priori poco razonable o desagradable, permitir que los demás conozcan tu opinión y sentimientos, este tipo de acciones reforzarán tu comportamiento asertivo.
El ser asertivos es una cuestión individual, no existe fórmula mágica alguna, se trata de probar opciones y elegir la más apropiada para nosotros, tal vez después de adaptarla a nuestra personalidad.
Sólo leer estas líneas no te convertirá en una persona más asertiva, pero el poner en práctica la información que te ofrecen si podría hacerlo.
Joan Montero
Etiquetas:asertividad, comunicación, culpa, miedo, vergüenza
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